Entendiendo las abdominales de tu caballo (parte 2)
Si revisas el artículo anterior encontrarás la explicación que motiva el poner nuestro foco de atención en los abdominales del caballo. En cualquier caso, vamos a hacer un pequeñísimo resumen que nos ayude a centrar el artículo.
Decíamos en el número anterior que sin dorso no hay caballo y sin abdominales no hay dorso. Esto, que parece una adivinanza, es tan sencillo como pensar si podríamos hacer el techo de una casa sin el suelo ni los cimientos. Para que un dorso se muscule equilibradamente necesita unas abdominales en buen estado de forma. Lancemos pues la primera pregunta:
¿Cómo puedo evaluar si las abdominales de mi caballo están en buena forma?
Si los caballos llevase pantalón y cinturón la verdad que lo tendríamos fácil…¿cuantos de nosotros advertimos que la cosa no marcha bien cuando cada vez necesitamos un agujerito más del cinturón?. Bromas aparte, para evaluar el abdomen de nuestros caballos hay que ver y tocar.
INSPECCIÓN VISUAL.
Una buena primera aproximación es colocarnos tanto de frente al caballo como por detrás y ver lo que sobresale su abdomen. Los abdómenes poco tonificados se vuelven más o menos péndulos y acaban por sobresalir. Sin embargo, tampoco hay que obsesionarse pues los caballos pueden tener abdómenes más abultados con motivo de la digestión, determinados alimentos y dietas, (ni que decir de la preñez, por supuesto), etc., con lo que es importante que los observemos en varios momentos y contextualicemos lo que vemos con otros miembros de la manada para ver que influencia causa la alimentación por ejemplo.
En movimiento es una excelente manera de valorar también los abdominales. Al paso podemos ver el grado de “acople” del abdomen al resto del tronco del caballo. Me explico: cuando los músculos abdominales están en baja forma el abdomen se encuentra distendido y pendula con cada movimiento del caballo. A cada tranco, veremos cómo su abdomen se va moviendo frente a un caballo en forma en el que su abdomen parece cómo pegado al tronco: esto es una señal de que los abdominales están en buena forma. Forzar determinados movimientos como paso largo y círculos y serpentinas al paso y al trote nos pueden ayudar a ver si el abdomen pendula o se balancea de un lado a otro.
Unos abdominales en forma y tonificados son aquellos en los que cuando la demanda cardiovascular del caballo es alta (a un galope largo y sostenido), repliegan todo el abdomen sobre el dorso pareciendo como si se encogiese.
VAMOS A TOCAR
Son muchas las ocasiones en que tocamos el cuello, la cruz, la cara o el dorso de nuestros caballos, pero ¿cuándo te has interesado por las abdominales?. En primer lugar una advertencia: las abdominales del caballo pueden ser una zona sensible y que moleste a nuestros caballos, por lo que la primera recomendación es ir paulatinamente como en cualquier contacto inusual o sensible que vayamos a hacer con caballos. A partir de aquí, hay que tocar con una ligera presión y valorar el tono del abdomen. Sí, sé que esto es difícil y hay que tocar muchos caballos, pero cómo siempre digo en mis clínics: ¡Tocar es gratis!, y nadie nace sabiendo, todo es cuestión de empezar a tocar y valorar, es cuestión de tiempo que notemos diferencias y que podamos encontrar alguna relación entre éstas y sucesos determinados como un entrenamiento, una digestión, celos en yeguas, etc.
PRACTICANDO
Una vez hemos evaluado la musculatura abdominal de nuestros caballos y, con toda la información del número anterior, hemos comprendido lo importante que es tener esta parte del caballo bien tonificada, vamos a enumerar y comentar algunos ejercicios que potencian especialmente esta zona. En este punto, es importante recalcar que, a los caballos no podemos ponerlos a hacer abdominales en exclusiva. El caballo se mueve todo él, pero sí que podemos ahondar en el trabajo de determinados ejercicios que van a activar más su musculatura abdominal. Vamos allá.
Círculos y serpentinas.
Trabajan bastante bien la musculatura abdominal oblicua. Es interesante comenzar con diámetros amplios y bucles poco forzados y desde aquí ir disminuyendo los diámetros para incentivar que trabajen cada vez más las abdominales.
Barras en el suelo.
Las barras o cavalettis permiten facilitar el tranqueo del caballo. Parte de este tranqueo o movimiento amplificado de las extremidades, se consigue gracias a una contracción abdominal, con lo que este ejercicio es una gran herramienta. No obstante, conviene recordar que, entrenar al caballo con barras supone ir acostumbrándolo poco a poco para evitar posibles lesiones, alcances o golpes en los menudillos.
Marcha atrás.
Andar marcha atrás, ya sea montado o del ramal requiere un uso importante de las abdominales. Los pocos estudios que hay al respecto nos muestran que es necesario hacer que el caballo ande hacia atrás un mínimo de 15 metros para conseguir estimular sus abdominales. Por ello, incluir varias series de este tipo en nuestro entrenamiento es una excelente estrategia.
Subidas y bajadas.
Trabajar en pendientes es una muy buena manera de trabajar las abdominales, por lo que cuando vayas de paseo, atrévete a salirte de la senda siempre que tu seguridad y la suya lo permitan. Seguro que alguno de vosotros estará pensando ahora mismo. ¿y qué es mejor, las subidas o las bajadas por qué en mi hípica hay muchas…?. Pues aquí no tengo una única respuesta desafortunadamente, por que esto va a depender mucho de la conformación y morfología de vuestros caballos. Unas grupas y articulaciones sacroilíacas van a trabajar mejor en subida que en bajada o al revés, y esto es un tema que aconsejo tratarlo con vuestro veterinario quiropráctico para que os ayude adaptando el entrenamiento lo mejor posible a vuestro caballo.
Trabajos de reunión.
Suponen un uso preferente de las abdominales para conseguir subir el dorso: medias paradas, aires cortos y suspendidos como passage o piaffe son buenas ideas para ello, siempre que el nivel equitacional de tu caballo lo permita.
Trabajos de core-training.
Esta palabra, sería el equivalente al famoso pilates que hacemos en personas. De hecho, podemos considerar el core-training equino como adaptaciones de ejercicios de pilates para nuestros caballos. Durante los ejercicios de core-training, no solo se trabajan los abdominales, lo que lo convierte en un ejercicio completo y diferente y del que por sus peculiaridades hablaremos en el próximo artículo.
Resumiendo:
– Trabajar los músculos abdominales de nuestro caballo es de vital importancia.
– Valorarlos periódicamente es una excelente guía para determinar cuál es nuestro progreso en el entrenamiento.
– Existen sencillos ejercicios que nos van a permitir potenciar el abdomen de nuestros caballos.
– Revisar el dorso y músculos abdominales por un veterinario quiropráctico es una de las mejores inversiones en salud que podemos hacer en nuestros caballos.