Entendiendo la anatomía de tu caballo: el cuello (Parte 1)
El cuello del caballo está compuesto por siete vértebras cervicales. Cuando se observa el rango de movimiento de éstas, con respecto al resto de vértebras, se trata de vértebras con gran capacidad de movimiento por lo que el cuello se convierte en un auténtico balancín compensador de toda la biomecánica del caballo. Análogamente a cómo sucede con la cola del guepardo, el cuello del caballo va a reacomodar las descompensaciones existentes en puntos distales de su anatomía y así, el estudio de todo ello nos puede permitir extraer conclusiones para readaptar nuestro entrenamiento.
Volviendo a su estructura ósea, no todas las cervicales tienen la misma especialidad biomecánica; así, mientas que la primera (atlas) y la segunda (axis), son las encargadas de un movimiento vertical y lateral de la cabeza (podríamos asimilarlo al gesto de decir “sí” o “no”), el resto de las cervicales (de la tercera a la séptima) están más especializadas en el arqueo lateral y flexión del cuello.
Más allá de las propias conexiones biomecánicas a partir de su estructura ósea, es esencial comprender las implicaciones del cuello en la salud y biomecánica general del caballo. Esto es debido a que no demos de olvidar que por dentro de las vértebras cervicales discurre la médula espinal; cuando hablamos de médula, podemos asimilarlo a un conjunto de cables -los nervios- que discurren empaquetados en un gran cable que es lo que conocemos como médula. Por la región de las primeras cervicales, el grosor de la médula es el de mayor diámetro ya que lleva el conjunto total de nervios, incluídos los que van a acabar por llegar hasta las regiones más alejadas del caballo (sus extremidades posteriores y cola). Así, pequeñas tensiones y/o desalineaciones de las cervicales van a afectar al trasiego de información neurológica que viaja por la médula de manera análoga a cómo cuando pisamos una manguera la cantidad de agua que sale ya no es la misma ni con la misma presión. Por ello, un pequeño problema en las cervicales puede manifestarse como una pérdida de consciencia corporal de los posteriores…¿cuántos caballos has conocido con una torpeza en sus posteriores?.
Además de por cuestiones neurológicas, el cuello tiene una vital importancia pues en otras especialidades como la medicina tradicional china, se identifican dentro de esta estructura meridianos como el del estómago, intestino delgado y grueso y pulmón. Desde el punto de vista de la medicina tradicional china, los problemas cutáneos se asocian a meridianos como los de estómago o pulmón y de esta manera no es infrecuente que nos encontremos problemas cutáneos y alérgicos en caballos con el cuello tenso.
Desde el punto de vista morfológico, diferentes cuellos van a predisponer a los caballos a una mayor aptitud para una u otra disciplina ecuestre. La morfología cervical está altamente condicionada por la raza y el entrenamiento, no obstante, debemos de tener en cuenta que una determinada morfología puede presentarse con tensiones/rigideces o sin ellas, y esto en ocasiones condiciona más que la mera morfología en sí misma. Sabemos por todas las implicaciones neurológicas y biomecánicas ya expuestas, que un cuello tenso y con biomecánica limitada va a afectar a la longitud del tranco, la impulsión y ganas de avanzar, la propiocepción, etc. Por ello, aunque son muchas las hipótesis de trabajo en torno a rendajes auxiliares y sistemas varios de entrenamiento, la mayoría de estos sistemas no ofrecen sino la “ilusión visual” de una determinada postura a la que no acompaña un movimiento fluido ni armonioso en tanto en cuanto se produce un bloqueo y restricción de los movimientos naturales de las espaldas y cuello del caballo.
Indicadores y consecuencias de que nuestro caballo tiene un cuello tenso o con bloqueos.
1.- Capacidad de aprendizaje: las tensiones en el cuello afectan a la capacidad de movimiento y posicionamiento del eje cuello-cabeza y con ello, la percepción espacial del caballo puede verse afectada en especial en cuanto a factores como la percepción de la oscuridad o la profundidad. Las consecuencias de este fenómeno se trasladan a caballos con cuellos tensos que tienen serios problemas en la entrada o salida a boxes o remolques, así como caballos con cuellos tensos que se comportan de manera asustadiza frente a objetos brillantes. De hecho, se postula que la tensión en el cuello podría afectar al propio nervio óptico.
2.- Dificultades en la monta. La tensión en el cuello se manifiesta con dificultades al pedir giros, subidas o bajadas de la cabeza o arqueo lateral del cuello. En ocasiones, asociado a ello, el caballo muestra cabeceo lateral al moverse en un intento de escapar de la tensión acumulada. Usualmente las tensiones del cuello son mayores de un lado que de otro lo que suele identificarse, erróneamente, como caballos diestros o zurdos cuando la explicación a ello poco tiene que ver con la dexteridad del caballo (lo que no se ha podido demostrar científicamente) si no antes bien con el funcionamiento de un bípedo con mayor impulsión que el otro. Asociado a tensiones prolongadas, aparecen asimismo acortamientos de determinados grupos musculares y alargamiento de otros; es importante tener esta consideración en nuestra mente ya que planificar cualquier entrenamiento correctivo debe de contemplar para ello un mínimo de 3-4 meses para readaptar la musculatura. Es muy común encontrar caballos con cuellos que han trabajado con tensión en los que la musculatura del cuello se retrae protruyendo las apófisis transversas de las vértebras cervicales 5ª y 6ª…esta especie de “bulto” de tacto duro suele protruir más en un lado que en otro y es motivo de alarma de muchos propietarios, cuando en realidad son las propias vértebras que se muestran más claramente en la medida que la musculatura que debería de recubrirlas se deteriora por la tensión del cuello. Cuando se muestran estas “protuberancias” que son las propias vértebras, las riendas suelen rozar mucho más ahí durante el entrenamiento y es común que en estos caballos apreciemos áreas de mayor sudoración y de fricción coincidiendo con la 5ª y 6ª cervical. Este tipo de caballos, con deterioro de musculatura de la base del cuello, suelen mostrar una biomecánica característica con dificultades en el trabajo en línea recta y constantes desvíos de la línea central; a ello, se les suma la incapacidad de iniciar el movimiento empujando desde atrás y la sacudida de la cabeza en cada transición (en especial en las ascendentes) que suelen ser torpes y de poca calidad.
Cuando la tensión en el cuello va asociada a cuellos cortos y con poca capacidad de extensión, ésta suele aparecer de manera multiplicativa en la región del ahogadero y así tendremos un caballo que trabaja por delante o por detrás de la vertical. En ocasiones, esta tensión de cuello está detrás de los caballos que se “encapotan” o quedan detrás de la cervical y también de aquellos que se apoyan excesivamente en la embocadura pues son incapaces de alargar y extender el cuello. Todas estas tipologías de caballos suelen manifestar problemas al iniciar la marcha o al pedir una parada pues el balancín constituido por el eje cuello-cabeza se encuentra restringido en su movimiento.
Conclusiones
El cuello es una estructura con una biomecánica versátil que el caballo utiliza para prácticamente cualquier movimiento. Las restricciones en su movimiento van a generar repercusiones en nuestra relación con los caballos, por lo que saber identificar determinados síntomas y patrones como los expuestos en este artículo es fundamental para poner soluciones a tiempo. En el próximo post, hablaremos de los tipos de terapias y estrategias que podemos seguir en los caballos con cuellos tensos. Hasta entonces, es un buen momento para reflexionar: ¿has leído alguno de los comportamientos y dificultades que tiene tu caballo?, ¿crees que podría ser un problema de tensión en su cuello?.
Referencias: