Espondiloartrosis canina y su impacto en la propriocepción de las extremidades traseras
¿Qué es la espondiloartrosis canina?
La espondiloartrosis deformante se clasifica como una enfermedad degenerativa de la columna vertebral; en los perros, consiste básicamente en el desarrollo de osteofitos (espolones óseos) en las regiones intervertebrales. Estos espolones óseos, o picos de loro, pueden acentuar la rigidez del cuerpo del animal, causar dolor y restringir el movimiento, lo que resulta en una disminución de la calidad de vida.
La espondiloartrosis también es una condición progresiva, lo que significa que, con el tiempo, aumenta en severidad. Si se deja sin control, puede causar una inmovilidad severa, especialmente en las extremidades traseras. Esto se debe a que los osteofitos pueden comprimir los nervios espinales y la médula espinal, lo que lleva a un atasco en la señalización neuro-muscular.
Una de las complicaciones más preocupantes de esta enfermedad es la pérdida de propriocepción o la capacidad del perro para sentir la posición de sus extremidades traseras en el espacio. Esto puede manifestarse en forma de tropiezos frecuentes, dificultad para levantarse y marcha atáxica como si deambularan.
Epidemiología: ¿Qué razas son más susceptibles de espondiloartrosis canina?
Si bien la espondiloartrosis no es exclusiva de una raza o tipo de perro, hay ciertos factores predisponentes que hacen más probable su incidencia.
Perros de razas grandes y gigantes: Pastor Alemán, Labrador Retriever, Rottweiler, Mastín Alemán y Golden Retriever, así como algunas razas con tendencia a la presencia de hemivértebras como Bulldogs.
Perros de edad avanzada: Común en perros mayores de 7 años debido al desgaste natural de la columna vertebral.
Predisposición genética: Algunas líneas de sangre son más propensas a ciertas enfermedades articulares degenerativas.
Perros con sobrepeso: El peso adicional ejerce más presión sobre la columna vertebral, lo que acelera el proceso de degeneración.
Animales con antecedentes de trauma: Fracturas, golpes o cirugías previas que favorecen la formación de osteofitos.
Estudios recientes indican que más del 60 % de los perros de razas grandes presentan signos radiográficos de espondiloartrosis a la edad de ocho años, incluso si no muestran síntomas claros, por lo que la prevención es una herramienta clave.
La relación entre la espondiloartrosis y la pérdida de propriocepción o conciencia corporal de sus patas de atrás.
La propriocepción es la capacidad del cuerpo e perro para percibir la posición de las extremidades sin la observación visual. En el caso de la espondiloartrosis avanzada en perros, esto puede resultar en osteofitos que comprimen la médula espinal o las raíces nerviosas, lo que lleva a:
– Movimiento discoordinado.
– Incapacidad del sujeto para enderezarse.
– Cruzamiento involuntario de las patas traseras.
– Respuestas alteradas de las extremidades afectadas.
Dolor al mover la columna o las patas traseras.
– Arrastrar las patas o desgaste inusual de las uñas.

Si no se trata, esta pérdida de propriocepción puede evolucionar hacia parálisis parcial o total.
Diagnóstico de espondiloartrosis canina
Para hacer un diagnóstico de espondiloartrosis, el veterinario realizará un examen físico y evaluará las funciones neurológicas. Algunos de los enfoques diagnósticos utilizados con mayor frecuencia son:
Radiografías: Muestran la presencia de osteofitos y ayudan a evaluar la gravedad de la enfermedad.
Imágenes por Resonancia Magnética (IRM): Útiles para saber cuándo se está comprimiendo la médula espinal y en qué estado se encuentran los discos intervertebrales.
Tomografía computarizada (TC): Útil cuando se requieren detalles mayores de los huesos en casos complejos.
Prevención de la espondiloartrosis en perros
Aunque no es posible eliminar completamente los factores de riesgo, hay medidas que disminuyen su efecto.
1. Mantener un peso saludable: la obesidad ejerce presión adicional sobre la columna vertebral y contribuye a un mayor deterioro. Se sugiere: Dieta equilibrada y nutritiva con proteínas de calidad y ácidos grasos esenciales.
Recuerda visitas frecuentes al veterinario para monitorear la condición corporal.
2. Ejercicio controlado con actividades físicas moderadas que ayudan a desarrollar la musculatura de su columna y extremidades traseras. Las mejores entre ellas son: Caminatas diarias no exhaustivas aunque siempre es ideal recurrir a un profesional que pueda pautar un plan personalizado.
También es recomendable nadar para aliviar el impacto en las articulaciones. Ejercicios de bajo impacto como la búsqueda de objetos y caminar por pequeñas colinas son también beneficiosos.
3. Uso de suplementos naturales: los antiinflamatorios naturales y los condroprotectores ayudan a ralentizar el desarrollo de la condición. Boswellia Forte de Mario Soriano es altamente recomendado cuando se necesita disminuir la inflamación y aumentar la movilidad.
Tratamiento natural de la espondiloartrosis canina.
Boswellia Forte de Mario Soriano
La Boswellia serrata es una resina natural que posee cualidades antiinflamatorias y analgésicas. El uso regular en perros que sufren de espondiloartrosis resulta beneficioso de muchas maneras: reduce la inflamación en la columna vertebral, reduce el dolor sin complicaciones gastrointestinales, mejora la regeneración del cartílago articular y mejora la movilidad general del perro.
Terapias complementarias
1. Fisioterapia y rehabilitación: Ejercicios específicos ayudan a mantener la movilidad y estimulan la propia percepción: Uso de bandas elásticas para fortalecer los músculos, caminar sobre superficies inestables, masajes suaves y estiramientos para reducir la rigidez,
2. Acupuntura La acupuntura es una técnica utilizada en medicina veterinaria para tratar el dolor crónico y mejorar el funcionamiento neuromuscular. Se ha aplicado con éxito en perros que sufren de enfermedades degenerativas de la columna.
3. Tratamiento Quiropráctico y osteopático para Animales
Pueden ayudar a aliviar la presión de los nervios comprimidos y mejorar la postura del perro.
4. Ferulas y Arnés de Soporte
Para perros con propriocepción gravemente afectada, los arneses ortopédicos pueden ayudar a facilitar la movilidad y disminuir el riesgo de caídas.
Conclusión
La espondiloartrosis canina es una enfermedad degenerativa común en perros de razas más grandes y mayores. La pérdida de propriocepción en las extremidades traseras es una señal de alerta que impacta negativamente la calidad de vida del perro.
Un enfoque multidisciplinario centrado en la prevención, la suplementación con Boswellia Forte de Mario Soriano y terapias adyuvantes pueden ralentizar la progresión de la enfermedad y aumentar la movilidad del animal.
Visita mariosoriano.com/tienda para encontrar todos los productos recomendados en este artículo y asegurar que tu perro reciba el mejor cuidado posible.
Soy Mario Soriano, veterinario colegiado 2805 ICOVV y Director de la London College of Animal Osteopathy, especialista en rehabilitación, osteopatía y quiropráctica y en estos artículos tendrás acceso a información valiosa para mejorar la calidad de vida de tu perro. Pero recuerda, ninguna información que encuentres por internet debe de sustituir la atención veterinaria en aras a garantizar el bienestar animal.
Lista de referencias
Johnston, S. A., & Tobias, K. M. (2018). «Veterinary Surgery: Small Animal». Elsevier Health Sciences.
Fossum, T. W. (2019). «Small Animal Surgery». Mosby.
Levine, J. M., & Kerwin, S. C. (2020). «Canine Spinal Disorders». Veterinary Clinics of North America; Small Animal Practice.
Sharma, S., & Singh, R. (2017). «Boswellia serrata: An Effective Anti-Inflammatory Agent in Veterinary Medicine». Journal of Veterinary Science and Research.